Uno de los comentarios más frecuentes que me hacen las personas físicas por honorarios es la siguiente:
"Voy a prestarle un servicio a un cliente y me pide factura, pero hace años que no facturo nada y nada más sería por esta ocasión. No quiero gastar en contadores porque nada mas voy a facturar una vez y lo que me van a pagar es bien poquito, que a veces creo que termino gastando más en contadores que lo que realmente me van a pagar".
Vámonos por partes.
En primer lugar, si vas a freelancear o a hacer chambitas para ganar un dinero extra, debes estar consciente que tu cliente siempre te va a pedir factura o recibo de honorarios, porque él la necesita para hacerla deducible de impuestos. Quizá tengas suerte en que tu cliente te pague en efectivo sin necesidad que le des factura, pero esos son casos raros. La mayoría, (por no decir todos), te va a pedir factura. Y para que puedas expedir factura debes darte de alta en Hacienda y por ende cumplir con todas las obligaciones fiscales, tales como llevar libros de contabilidad, hacer declaraciones mensuales y anuales y pagar impuestos. Y para eso necesitas un contador, a menos que seas muy dedicado y te propongas aprender contabilidad e impuestos por tu propia cuenta. Que sí hay personas que sí lo hacen, pero estamos hablando de personas que se comprometen de a de veras y se ponen a aprender eso y van a cursos y leen información sobre el tema. ¿Eres una de ellas? Excelente, pero si no, lo mejor es buscar a un contador y delegarle a él la tarea de llevar la contabilidad y declarar los impuestos.
En segundo lugar, no seas de las personas que dicen: "al cabo yo tengo un amigo que me regala facturas". Eso está prohibido por la ley. Además comprometes a tu amigo porque él está obligado a declarar por un dinero que ni siquiera recibió. Si vas a trabajar por honorarios, entonces sé responsable de ti mismo, saca tus propias facturas o recibos. Otra opción es negociar con tu cliente para que él te expida un recibo de asimilados a salarios, y con éste te quitas la carga fiscal de declarar mensualmente.
En tercer lugar, no se vale quejarse de que gastas más en contadores que lo que realmente te van a pagar. Si vas a darte de alta con este régimen debes echarle ganas y buscarte más clientes, no quedarte solamente con uno. De eso se trata, de que crezcas, de que emprendas, ¡muévete! Porque si nada más te vas a conformar con trabajarle a un cliente y por una única ocasión y éste te va a pagar poquito, yo creo que ni siquiera vale la pena que aceptes ese trabajo.
Así que antes de aceptar esas "chambas extras", analiza las cosas a largo plazo. ¿Voy a facturar por una única ocasión o lo haré periódicamente? ¿Cuánto me cobra un contador? ¿Lo que me va a pagar mi cliente vale la pena? ¿Estoy dispuesto a buscar clientela o nada más me conformaré con esta chambita?
Una vez que lo medites, si estás dispuesto a echarle ganas y convertirte en un empresario, adelante, es hora de darse de alta en el SAT como tal.
¡Sé un líder!
"Voy a prestarle un servicio a un cliente y me pide factura, pero hace años que no facturo nada y nada más sería por esta ocasión. No quiero gastar en contadores porque nada mas voy a facturar una vez y lo que me van a pagar es bien poquito, que a veces creo que termino gastando más en contadores que lo que realmente me van a pagar".
Vámonos por partes.
En primer lugar, si vas a freelancear o a hacer chambitas para ganar un dinero extra, debes estar consciente que tu cliente siempre te va a pedir factura o recibo de honorarios, porque él la necesita para hacerla deducible de impuestos. Quizá tengas suerte en que tu cliente te pague en efectivo sin necesidad que le des factura, pero esos son casos raros. La mayoría, (por no decir todos), te va a pedir factura. Y para que puedas expedir factura debes darte de alta en Hacienda y por ende cumplir con todas las obligaciones fiscales, tales como llevar libros de contabilidad, hacer declaraciones mensuales y anuales y pagar impuestos. Y para eso necesitas un contador, a menos que seas muy dedicado y te propongas aprender contabilidad e impuestos por tu propia cuenta. Que sí hay personas que sí lo hacen, pero estamos hablando de personas que se comprometen de a de veras y se ponen a aprender eso y van a cursos y leen información sobre el tema. ¿Eres una de ellas? Excelente, pero si no, lo mejor es buscar a un contador y delegarle a él la tarea de llevar la contabilidad y declarar los impuestos.
En segundo lugar, no seas de las personas que dicen: "al cabo yo tengo un amigo que me regala facturas". Eso está prohibido por la ley. Además comprometes a tu amigo porque él está obligado a declarar por un dinero que ni siquiera recibió. Si vas a trabajar por honorarios, entonces sé responsable de ti mismo, saca tus propias facturas o recibos. Otra opción es negociar con tu cliente para que él te expida un recibo de asimilados a salarios, y con éste te quitas la carga fiscal de declarar mensualmente.
En tercer lugar, no se vale quejarse de que gastas más en contadores que lo que realmente te van a pagar. Si vas a darte de alta con este régimen debes echarle ganas y buscarte más clientes, no quedarte solamente con uno. De eso se trata, de que crezcas, de que emprendas, ¡muévete! Porque si nada más te vas a conformar con trabajarle a un cliente y por una única ocasión y éste te va a pagar poquito, yo creo que ni siquiera vale la pena que aceptes ese trabajo.
Así que antes de aceptar esas "chambas extras", analiza las cosas a largo plazo. ¿Voy a facturar por una única ocasión o lo haré periódicamente? ¿Cuánto me cobra un contador? ¿Lo que me va a pagar mi cliente vale la pena? ¿Estoy dispuesto a buscar clientela o nada más me conformaré con esta chambita?
Una vez que lo medites, si estás dispuesto a echarle ganas y convertirte en un empresario, adelante, es hora de darse de alta en el SAT como tal.
¡Sé un líder!